google-site-verification: google29497dabad147b8e.html pienso y escribo: junio 2011
Blog de Carolina Rangel



Cuentos, microcuentos y poemas.



Escribir no es para mí una necesidad. Es un estado natural. Algo que fluye sin esfuerzo y eso me sorprende.



Bienvenidos los comentarios.



Bienvenidos ustedes.



martes, 21 de junio de 2011

Reincidiendo

Tal vez si hubiera preguntado dónde estaba, habría estallado en llanto, tratado de persuadirme o ido a recoger. Pero no preguntó, mi madre solo trató de ponernos al día con los tres meses que teníamos sin hablar. Me contó que iba a ser abuela otra vez, que volvió al bordado y que hacía bailoterapia, yo no le conté que Yolanda me dejó, que me botaron del trabajo y que me embargaron el carro. Colgamos mandándonos besos.
Me vi la cara en el espejo de aquel bar, el mismo de antes, y me tomé el trago que estaba calentando en la mano… el primero en diez años.

martes, 14 de junio de 2011

Una noche cualquiera en el internado

─¿Y cuándo será el incendio?
─¿Por qué un incendio? Podría ser un terremoto.
Hablaban susurrando, sentados al borde de cada cama.
─No, un incendio. Así lo podemos contemplar.
─¿Contemplar? ─dijo sonriendo
─Claro, si no ¿para qué?
─Para que no exista, eso es lo que yo quiero, que no exista este maldito colegio.
─Pero dime ¿cuándo será? ─dijo ávido.
─Un fin de semana o en vacaciones, ya veremos.
Pasó el vigilante así que se acostaron, minutos después un gran estruendo bajo el piso los levantó. Se miraron pálidos.
─No hice nada Alberto, te juro…
Una grieta partía el dormitorio.
─Yo sé, fui yo… me quedé enganchado... pensando en el terremoto…

miércoles, 8 de junio de 2011

Irremediable

Si no aparto los ojos, esa mirada incendiaria me aniquilaría, arrasaría, consumiría.

Me deja saber su odio, me estruja, me aprieta, casi me golpea.

Flota en el aire el hecho de que su labor en sí es desagradable, la obligación a realizarla innecesariamente, la imposibilidad de quejarse.

Nos desgarramos, figurada, literalmente.

Para mi es irremediable, no puedo evitarlo, mi cuerpo camina solo hasta allá.

Cada domingo acudo puntualmente. A pesar que no tengo a nadie a quien visitar en esa cárcel, nunca falto a la requisa.