Todos quedaron atónitos, en medio de la avenida comenzó una abertura, estaba bien delineada y se formó con lentitud. Poco a poco se aglomeraron muchas personas, debajo del hueco se divisaba unas losas blancas que pronto alguien identificó como unos dientes, cuando terminó de abrirse salió una gran lengua, era larguísima y tomó a Argimiro con facilidad, él no se asustó demasiado hasta que entendió que el objetivo de la lenguota era meterlo en la bocota, ahí empezó a gritar desesperado y a tratar de zafarse pero no lo logró. Antes de cerrarse todos vieron como se empezaron a mover los dientes y enseguida desapareció todo por completo.
─Bueno él lo suplicó así.
─¿Cómo crees? fue solo un decir. Todos hemos dicho esa frase alguna vez.
─Yo creo que sí lo pidió en serio, él estaba muy avergonzado.
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