El ascensor bajaba los 33 pisos. Se estaba
tardando mucho, era la hora de cierre en la mayoría de las oficinas de esa
torre empresarial y se detenía en casi todos los niveles. Pero Valeria no iba
de salida, se dirigía al lobby a darle una excusa a su novio, Tadeo. No iban a
salir ese viernes, Valeria tenía que terminar un proyecto que debía quedar
listo esa noche.
Se
va a molestar,
pensó.
Valeria era demasiado entregada a su
trabajo. Le dedicaba 14 horas al día y muchos fines de semana. Cuando alguna
vez salía con Tadeo se mantenía conectada con la jefa o con quien estuviera en
la oficina. Lo más grave era que rompía muchas promesas.
Tengo
que dejar de actuar así, pensó. Un día me va a dejar. Discutimos mucho. Yo sé
que no basta con llamarlo con frecuencia, no podemos tener un noviazgo
telefónico, caviló.
Llegó a planta baja. Se saludaron con un
beso y un abrazo.
─Tadeo no te vayas a disgustar…
Y con solo esta frase Tadeo se disgustó.
─No vamos a salir. ─dijo él antes que ella
dijera nada.
─Mi amor, esta noche terminamos el proyecto
y el lunes…
─Regálame 15 días ─interrumpió.
─¿15 días? ¿No te parece mucho?
─Estoy cansado de esto… Regálame 15 días,
nos va a hacer bien…
─¿Qué tienes pensado?
─Un viaje a Margarita, sin peleas, sin
teléfonos. ¡Regálame 15 días! A partir de mañana a las 7.
Valeria analizó la petición por unos
segundos y contestó dubitativa:
─ ¡Está bien! es buena idea.
Se despidieron como se saludaron y Valeria
subió de nuevo los 33 pisos con un frío en el estómago, tenía que convencer a
su jefa de que le diera 15 días de vacaciones.
─Mi relación con Tadeo depende de eso
María, él ha tenido mucha paciencia, siempre lo dejo plantado.
─¡No puedes dejar la oficina 2 semanas! El
lunes entra otro proyecto ─replicó la jefa.
Discutieron durante horas, finalmente:
─Si no me los das, renuncio.
Y con esa amenaza Valeria consiguió sus
vacaciones. Salió de su oficina muy tarde pero con la cabeza ya en el viaje.
Pasó la madrugada arreglando maletas.
Ilusionada reflexionó: Esto es lo
correcto, por eso estoy tan feliz, mi prioridad es mi pareja, no voy a terminar
enterrada en esa oficina como María. Amaneció y ella todavía preparaba el
viaje. Tadeo no me dijo a qué hora me
venía a buscar, pensó preocupada cuando eran cerca de las 7. Lo llamó pero
le contestó la grabadora.
Mientras tanto Tadeo entraba al aeropuerto.
Se detuvo a saludar a un amigo con el que se cruzó en el largo pasillo.
─¡Hola! ¿Qué haces aquí? ─preguntó Tadeo
estrechándole la mano.
─¡Hola Tadeo! Regresando de viaje y tú ¿a
dónde vas?
─A Margarita, un regalo de Valeria.
─¡Qué bueno! ¿Y dónde está ella?
─¡Esa es la cosa!
Valeria me regalo 15 días fuera de la relación, sin peleas y sin tanta
llamadera.